Las catacumbas son los antiguos cementerios subterráneos usados durante algún tiempo por las comunidades cristianas y hebreas, sobre todo en Roma.
Las catacumbas cristianas, que son las más numerosas, tuvieron sus comienzos en el siglo segundo y fueron ganando amplitud hasta la primera mitad del quinto.
Desde sus comienzos fueron sólo lugar de sepultura. Los cristianos se reunían en ellas para celebrar los ritos de los funerales y los aniversarios de los mártires y de los difuntos.
Durante las persecuciones sirvieron como lugar de refugio para la celebración de la Eucaristía y no para esconderse como cuentan las leyendas.
Una vez acabadas las persecuciones, las catacumbas se convirtieron en verdaderos santuarios de los mártires.
HISTORIA
Durante el primer siglo, los cristianos de Roma no tuvieron cementerios propios. Si poseían terrenos, enterraban en ellos a sus muertos. Si no, recurrían a los cementerios comunes.
En la primera mitad del siglo segundo, los cristianos empezaron a enterrar a sus muertos bajo tierra. Y así comenzaron las catacumbas.
Muchas de ellas se excavaron y se ampliaron alrededor de los sepulcros de familias que algunas de ellas no los reservaron sólo para los suyos, sino que los abrieron a sus hermanos en la fe, así las áreas funerarias se ensancharon.
Hacia la mitad del siglo VIII y el comienzo del IX los papas hicieron trasladar las reliquias de los mártires y de los santos a las iglesias de la ciudad, para más seguridad.
Una vez realizado el traslado no se volvieron a visitar las catacumbas y se abandonaron totalmente, excepto las de San Sebastián, San Lorenzo y San Pancracio. Con el tiempo, se escondieron las entradas de las demás catacumbas que existían hasta el punto de que se perdieron su rastro. Y durante toda la Edad Media se ignoró dónde se encontraban.
CATACUMBA DE SAN CALIXTO
Olga Pereñiguez y Mª Carmen
No hay comentarios:
Publicar un comentario